Cabía solamente una alternativa para el futuro anticristo del fútbol, ir a Uruguay y comenzar una carrera en algún club local. Así, una vez más emprendieron junto al indio Men-Nem el tedioso camino hacia aquel país. Durante el viaje se encontraron con otro nativo, que les enseño la forma más rápida de llegar, era en una balsa hecha de troncos, untada con excrementos de un extraño roedor que habitaba las cuevas de esa zona. Efectivamente tenía razón, las eses de la alimaña hacían deslizar la embarcación como un rayo por las corrientes del Paraná y en cuestión de horas llegaron al Uruguay.
El indio Men-Nem encontró en el nuevo país una oportunidad dorada para que el pequeño Blas demostrara de lo que era capaz y vio en Peñarol el equipo que lo llevaría a hacerlo realidad. Por aquellas épocas se hablaba realmente mal de una dupla que hacia las delicias de todo amante de Titanes en el Catch, eran Obdulio Trasante y el Topo Rosas. Hipotéticamente victimas de lobotomía que los habría dejado en un estado de conciencia casi animal, únicamente se detenían ante el silbato; su virulencia solo se comparaba a la de un tiburón en cautiverio alimentado con verduras.
En Peñarol el niño descubrió su hogar lejos de casa, un espacio donde poder pulir su execración por los jugadores habilidosos y un lugar donde se sentía rodeado de criaturas que tenían sus mismos ideales, el mismo amor por impulsar el balón hacia las alturas y golpear rivales de forma aleatoria.
Con el transcurso de los partidos Blas fue asentando su lugar como indiscutible defensa central, jugando junto a sus ídolos y muchas veces logrando actuaciones más destacadas, convirtiendo a Peñarol en una de las comparsas más peligrosas de la Copa Libertadores de aquellos años. El grupo asignado fue el E y los equipos que acompañaban eran el Vasco Da Gama, Universidad de Chile y América de Cali. Se le nombró “El Grupo de la Muerte”. Desde el periodismo, Jorge Da Silveira decía:
“Insisto, AH, esta murga de Peñarol, con su esquema de juego, con su apatía ofensiva, no va a llegar a ningún lado, AH, es el dilema del fútbol uruguayo amigos, ¿para que jugar a la pelota si la puedo sacar de la cancha de una patada, AH?
El presidente de Peñarol repondía de esta forma:
“Washasha, hay uuuna animosidad periodística contra nuestra gllloriossha institución, y Peñarol se va a encargar de demoshtrar que el fuchtbol uruguuayo no esta en su peor momento, washasha”
Es justo destacar la férrea mentalidad del guerrero aurinegro que hizo caso omiso de los comentarios ladinos de sus críticos y llevo adelante en aquel año una de las campañas más destacadas por la FIFA y la WWF (Federación Mundial de Lucha Libre).
Próximamente…
Escenas del Próximo Capítulo…
- Peñarol Vs. Universidad de Chile
- Una noticia escalofriante pondrá en cuestión la continuidad de Blas en la Copa.
…y mucho, mucho más.
7 comentarios:
Washasha!
Loco, por fin!
A ver cuando el pequeño Blas desarrolla su golpe especial de peroné o su barrida lactosa.
Nos vemos la semana que viene el Dallas, te invito a cazar armadillos en mi rancho de Texas.
Ah, y comentá en mi blog jeta e nepe!
Ah... veo que yo no tengo fotito.
Muy buena va la historia... ahira, Blas no desarrolla un potente "golpe memory" del futbol.(Si te acordas del capitulo de batman aquel, no te tengo que explicar lo que es el mortal golpe memory no?)
Bueno, segui asi, pateándo gente, loco.
Arriba.
ta bo, la aburris... habla de otra cosa papá
Anda a hacer croquetas flaco!
darko deja de decir sandeces ¿quieres?
esta historia es hilarante
rufus entiende, esta historia es la hiperbole de lo que es un animal del fútbol, aguante blas, ya va a venir el capitulo 5, para los que gustan de la violencia sin limites.
Saludos!
Publicar un comentario