martes, agosto 15, 2006

Speed Of Thought

Todo pintaba como que era una mañana más en el frenético y competitivo mundo del extra (se me cayó un pedazo de cara con esta frase). Una película independiente era la cita del sábado. Escena en un avión. La plata no era una locura pero la experiencia de estar cerca del detrás de cámaras siempre es tentadora para un estudiante de Audiovisual (entre tantas cosas). Allá fui, fuimos en realidad, con el amigo Drago, otro guerrero del fuera de foco.

Pronto nos enteramos que la película no era lo que uno suponía. “Speed of Thought”, película yanqui de agentes secretos con poderes mentales o algo así, como una versión ínfimamente más sofisticada del clásico ochentoso “Scanner Cop”, de policías y glucosa radioactiva.

Cerca de 10 horas estuvimos para filmar 10 minutos. Cada minuto de laburo estaba caro, con un par horas me compraba el Notebook. Mierda!

Lo peor: Esperar como un croto toda la tarde.

Lo mejor: Catering (desde café y chocolate hasta empanadas, alfajores y tortas de todo tipo); el resto de los extras (buena gente, había de todo, desde jóvenes productores, finalistas de CONTA, hasta showmans y jetones); el flaco que cuidaba los baños, parecía Drácula y leía un libro titulado “Cultura Cannabis”; cuando nos tocó rodar estaba al lado del director, al lado de la cámara (una ARRI que le faltaba el lanzamisiles para tener a Uruguay en jake) y los actores principales (el pibe de la serie Carnival, Terminator 3, no sé el nombre, lo llamábamos “el hijo de Sara Connor”); estar en medio del asunto de forma totalmente gratuita (habían corrido a todos de sus asientos menos a mi, quedé en el medio de todo eso), fue increíble.

Al final, por lo que suponemos, nuestros codos y nucas fueron los celebres. Caras, ni ahí. El éxito no se me subió a la cabeza, se me bajó al codo (mal chiste). Otra razón para ser tacaño.

Estuvo bueno porque básicamente todos los que estábamos ahí esperando en un momento aflojamos y entramos a interactuar entre nosotros y no nos aburrimos tanto. Al final del día había un ambiente similar al de un cuarto año de liceo, que buena sensación, se extrañaba esa sensación de exudar chotez y reírse de cualquier pavada.

Les adjunto una foto del director, Evan Oppenheimer, lo único que llamo la atención era que carajo tenía en la cabeza, si un corte de pelo muy deforme o un gato ultra-manso descansando apacible sobre su cráneo.













También les adjunto una foto que le sacaron al amigo Osqui, que está estudiando en Costa Rica. Un poco de envidia da no?, de la sana claro. Ya le prometí una foto de la playa Pocitos con un Tereso bien grande flotando en el horizonte; para que no se olvide sus raíces.












Sin más que decir y dada la notoriedad que ha alcanzado mi codo en las últimas 48 horas, es que voy a dar este espacio a él para que se exprese libremente:

“Este blog es una mierda, me tienen podrido estos postcitos maracas que escribe el choto este, ¿dónde están los culos y tetas?.

En segundo lugar voy a decir que no pienso firmar más autógrafos, desde ahora mi autógrafo va a ser una clavada de codo en el ojo del que pida mi firma. Me tienen los huevos del codo llenos, manga de chupasangres, dejen a las celebridades en paz, ¡giles!

No se que hago acá escribiendo esta mierda, me esta esperando la chica FEYVI en la cama, váyanse todos a cagar, ¡manga de burros!"